Tal vez llorar no me sirva de mucho el día en que tu te vayas.
Quiza nunca llegues a escuchar mis labios susurrandote un te amo.
Muchas cosas me separan de ti pero, no hay nada lo suficientemente fuerte como para olvidarte.
Olvidar tu prescencia, esa primera vez que me viste llorar o la ocasión en la que sin pensarlo, me hiciste la mujer más dichosa resulta ilógico, pues tu nunca has estado aquí.
Tus brazos me rodean continuamente y no entiendo por que se alejan sin tocarme siquiera.
Esta tarde me he propuesto olvidarte: ¡Ja! ¿A quién engaño? si tu alma me ha conquistado para siempre.
Resulta sencillo fingir una alegría que no siento ante el mundo pero... al verte en mi cama, en el parque o justo a mi lado se derrumba mi fuerza y las lágrimas resbalan por mi cuerpo siendo testigos de este dolor.
Los instantes más bellos de mi vida estarán escondidos en viejas fotos; coleccionaré momentos en los cuales tú sonrias para que llegado el día, visites mi ultima morada y acerques tus labios al frío mármol regalandome asi un tierno beso plagado de "...Te amo..." perdidos.
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