El sustantivo sánscrito kárman significa ‘acción’. Proviene de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unādi Sūtra 4.144). Es errónea la etimología karana: ‘causa’ y manas: ‘mente’, en boga en Occidente.
La letra n final de karman indica que es un sustantivo neutro. Para analizar sus raíces habría que usar sólo el término kar-ma.
Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto.
En pali se dice kamma y en birmano kan.
Karma: no sólo acciones físicas
Tanto para el hinduismo como para el budismo, el karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores que generan reacciones:
- los actos
- las palabras
- los pensamientos.
Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos (que se enumeran igual en ambas religiones):
- nacimiento
- enfermedad
- vejez
- muerte.
Karma y reencarnación
Usualmente se asocia el karma con la reencarnación, ya que una sola vida humana no alcanzaría para experimentar todos los efectos de las acciones realizadas («cobrar» todo el bien que se ha hecho o «pagar» todo el mal que se ha realizado en vida).
En religiones teístas (como el hinduismo o el cristianismo) existe el concepto de alma. Bajo el punto de vista del karma, la reencarnación sería la nueva encarnación del alma en un nuevo cuerpo físico, en tiempo futuro, en el útero de una nueva madre.
En el hinduismo, el concepto de alma individual, o jiva-atman, es una chispa del Espíritu Divino (atman) que todos tenemos, a diferencia del budismo, en que el objeto de la reencarnación corresponde a un registro de la mente . Se entiende que existe un estado de pureza y sabiduría original, latente pero dormido, en la vida de todos los seres humanos. En el concepto oriental el ser humano olvida su naturaleza superior y se identifica erróneamente con el cuerpo en cada nuevo nacimiento.
La reencarnación —o transmigración de las almas— es el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y progresivamente vida tras vida,en una especie de evolución espiritual del alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza superior o divina.
Recuerdo de vidas anteriores
El yogui, gurú y escritor Yogananda creía que todos los seres realizados (entre quienes contaba a Jesucristo o Buda) podrían recordar sus vidas. Afirma también que él podía recordar a voluntad sus vidas anteriores. En cambio al ser humano común y corriente no le ayudaría recordarlas, debido al peso emocional que eso acarrearía. Por lo tanto el recuerdo de esas vidas está oculto, pero guardado en la «memoria del alma» o en la mente hasta que la persona esté preparada para recordarlas sin daño emocional.
La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de superconsciencia llamado nirvana (samādhi en yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación. Por lo tanto, la práctica budista intenta que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta misma vida.
El karma en el hinduismo
Según los hindúes, el karma es una «ley» de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual y opuesta. El encargado de hacer cumplir esta ley sería el omnisciente dios invisible Iama Rash (el ‘rey de la prohibición’) y sus monstruosos sirvientes invisibles, los iama-dutas (‘mensajeros de Iama’).
Después de que una persona abandona su cuerpo al momento de la muerte, los iamadutas le arrastrarían hasta la morada de Iamarásh, donde es juzgado duramente de acuerdo con las acciones, registradas una por una en el libro de la vida, que recita Chitra Gupta, el secretario de Iamarash.
Según Yogananda, las explicaciones mitológicas serían la forma de explicar ciertas energías a personas sin educación, generalmente analfabetas, de forma que las diversas formas de energías astrales, invisibles y no registrables por los instrumentos actuales
, se personalizarían y explicarían c
omo si fueran dioses, semidioses, demonios, etc.
El karma sería el «ojo por ojo y diente por diente» bíblico, pero no como invitación a nuestra venganza, sino aludiendo al castigo de las leyes divinas.
Para el hinduismo, el castigo de las malas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del infierno —si la persona realizó muchísimos pecados, infierno, que en el concepto oriental no es eterno).
Igualmente, el premio por las buenas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del cielo (con diversos planos separados) al que va la mayoría, según Yogananda y que en el concepto oriental tampoco sería eterno, sino un periodo de descanso del alma tras cada vida física.
Para el hinduismo, el castigo de las malas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del infierno —si la persona realizó muchísimos pecados, infierno, que en el concepto oriental no es eterno).
Igualmente, el premio por las buenas acciones puede recibirse en este mismo planeta, además del cielo (con diversos planos separados) al que va la mayoría, según Yogananda y que en el concepto oriental tampoco sería eterno, sino un periodo de descanso del alma tras cada vida física.
Explicación teológica oriental acerca de la justicia divina
El karma sería la explicación filosófica que encontraron los orientales para entender por qué —si se supone que Dios es justo— a veces a las personas buenas les suceden cosas malas y a las personas malas les suceden cosas buenas. Cada uno estaría pagando acciones que no recuerda, porque las cometió en vidas pasadas.
Según el Vedānta sūtra las reacciones del karma no se reciben en esta misma vida.
Ante la pregunta de por qué a veces sí se ve sufrir a un criminal en esta misma vida, los hinduistas sostienen que en realidad estaría sufriendo las reacciones de una vida anterior, o bien pagando el karma de acciones realmente perversas en la misma vida, pues Yogananda dice que las acciones de extrema maldad suelen recibir el castigo en la misma vida.
Si el karma que tenemos acumulado es de muchas vidas, una sola vida no bastaría para «pagarlo» y «recogerlo» todo en una sola vida, sino que también se necesitarían varias.
Si el premio o castigo viniera automáticamente poco después (a los pocos meses/días/minutos) el karma sería evidente y no seríamos libres, o no tan libres. Por tanto castigos y premios pueden venir muchos años después o muchas vidas después, cuando las condiciones son propicias, también según Yogananda.
Según el hinduismo, Dios es neutral, y ha dejado a los semidioses la ejecución de la ley del karma, con sus premios y sus castigos. En cambio, según Yogananda, no habría ministros para ejecutar la ley del karma, sino que ésta se ejecutaría a sí misma como ley cósmica, astral o espiritual de forma automática.
Lo bueno o malo que le sucede a un ser humano no sería voluntad de las deidades (que es siempre amorosa), sino el resultado de sus propios actos.
El karma en el budismo
La explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es diferente de la hinduista. El karma no sería una ley de causa y efecto que implicaría la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir, sino una inercia natural.
Por ejemplo, si una persona roba un banco y tiene éxito, es muy probable que vuelva a robar, y si una persona ayuda a un anciano a cruzar la calle, entonces es muy probable que esa persona siga ayudando a otras personas. En ambos casos, si la experiencia no produjera buenos resultados, entonces la inercia se haría menor (el ladrón robaría menos y el filántropo ayudaría menos).
Cuando un sujeto roba un banco, esta acción quedará registrada en su mente alterando el flujo de ésta, y provocando en él una percepción errónea de la realidad («tengo derecho a tomar sin permiso las cosas que necesito»). En realidad este proceso sería subconsciente. Estas percepciones erróneas le condicionarán a sufrir más adelante, pues crean un estado mental propenso a la infelicidad.
El karma no sería entonces una recompensa o un castigo mágico a las acciones sino simplemente el hecho de que las acciones humanas tienen consecuencias tanto externas como mentales.
Según otra interpretación del karma más bien serían las dos cosas juntas, es decir, habría castigo y premio, pero no de forma mágica, sino mediante consecuencias automáticas de las acciones, en un concepto que implica la reencarnación, siempre unida al karma.
Fundamentación
Según el budismo, al comportarse de acuerdo con el karma, la persona debería tomar conciencia de que la búsqueda de la venganza y el mal traerá graves consecuencias en la vida diaria y en las vidas futuras. Esto permitiría aprender del sufrimiento, dominarlo y sacar provecho de él en términos espirituales para llegar al desarrollo de una vida más plena.
Puesto que todo acto tiene origen en la mente, el budista debe vigilar sus pensamientos y sus palabras, ya que también pueden producir bien o mal. Cada acción y palabra, buenas o malas, sería un búmeran que a veces vuelve en la misma vida y a veces en una vida futura.
El karma puede ser explicado como un fenómeno análogo a la inercia. Según esta visión, el individuo genera tendencias a través de sus causas. Un pensamiento, palabra o acción intencional, si se repite, se convierte en costumbre y condicionará una tendencia en el mismo sentido. En el futuro, las causas no necesariamente serían intencionales, sino que estarían influidas por causas previas. En este sentido, el karma constituye una influencia inconsciente, condicionante pero no determinante, pues somos siempre libres y podemos contrarrestar nuestras influencias o tendencias negativas. Aunque sean escasos en porcentaje, tenemos numerosos ejemplos de personas que han cambiado radicalmente de vida.
1 comentario:
te falto ponerle: "Con todo mi karma para ti" jajaja n.nU ¡Uih! tendré mas cuidado con lo piense o diga de los demas o.o
Publicar un comentario