Cuando vayan mal las cosas,
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino,
sólo cuestas por subir,
cuando tengas poco haber,
pero mucho que pagar y
precises sonreír,
aun teniendo que llorar...
Tras las sombras de la duda,
ya plateadas, ya sombrías,
pueda bien surguir el triunfo,
no el fracaso que temías;
y no es dable a tu ignorancia,
figurarte cuán cercano
pueda estar el bien que anhelas y
que juzgas tan lejano...
Cuando ya el dolor te agobie y
no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
¡pero nunca desistir!
Rudyard Kipling
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