Noches de estruendo
Hoguera que se agita
En los desnudos brazos del aire.
Este día es para los pajaros de la noche
Niños y niñas que se besan en la oscuridad.
El beso de la serpiente es la señal
Las sucias alas del ángel trashumante
Retoñan en el vértice de la llama
Ser poeta es andar la noche a contraluz
Camino en el sueño de un cadáver
Hoguera que se agita
En los desnudos brazos del aire.
Este día es para los pajaros de la noche
Niños y niñas que se besan en la oscuridad.
El beso de la serpiente es la señal
Las sucias alas del ángel trashumante
Retoñan en el vértice de la llama
Ser poeta es andar la noche a contraluz
Camino en el sueño de un cadáver
Mi semen vuelto sangre desgarra mi falo
Y lloro por los pàjaros sin alas
Y lloro por los senderos sin nombre
Por la inmensa locura de estar cuerdo
Por aquellos que beben su sangre
Frente a un mar sin destellos glamorosos
Envuelto en un silencio de nieve
Y enredaderas de mariposas.
Este es el tiempo de los grandes sonidos
Las hadas del arcoiris se entretienen con mi pene
Criaturas mágicas que cual sirena cantan
En un intenso acto de prestidigitación lunar.
Etilicos sueños líquidos.
Francisco Jaymes
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