Como todos sabemos, el papel de Japón en la segunda guerra mundial comenzó con el ataque a la base naval de Pearl Harbour y terminó con un par de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki; esa historia ya la mayoría o todos la han de conocer.
Empero, la historia que voy a narrarles a continuación llegó a mi mientras hacía un trabajo para mi clase de geografía económica respecto a Japón.
Una pequeña niña, de nombre Sadako Sasaki, quien nació el 7 de enero de 1943 se desarrollaba como cualquier otro niño de una pequeña aldea, hacia 1945 lanzaron las bombas, sin embargo la ciudad en la que vivía la pequeña Sadako estaba a 2km de la zona cero, no murió al instante, pero la radiación de la bomba se fue expandiendo en Japón.
Sadako era una pequeña niña quien gustaba mucho de hacer deporte (atletismo) y demás, se dice que un día que estaba en una competencia se desmayó debido al esfuerzo físico que suponía, la llevaron al médico y le fue diagnosticada Leucemia, que para esos años se conocía como la enfermedad de la bomba A, puesto que era producto de la radiación , ingresó al hospital para que le hicieran un tratamiento, pero los médicos le dijeron que no resistiría más de un año antes de perecer ante la enfermedad.
Un día una amiga suya fue a visitarla, y en la pequeña Sadako aún se mantenía la esperanza de que se recuperase y que dentro de poco tiempo volvería a su vida normal. Su amiga le recordó una vieja historia la cual narra que haciendo mil figuras de origami en forma de grulla se cumpliría un deseo, al finalizar la historia dejó en sus manos la primera grulla, en un papel de oro, y le dijo, aquí está la primera.
Sadako confió en que con eso podría curarse y vagó por el hospital, ahí se encontró a un pequeño niño que tenía la misma enfermedad, y le intentó convencer de que hiciera figuras para que su deseo se cumpliera, a lo que el pequeño respondió, No tiene caso, sé que moriré esta noche.
Empero eso no debilitó los ánimos que tenía Sadako, y el deseo era que todas las personas del hospital se mejoraran y volvieran a hacer su vida.
Esa esperanza alimentó a Sadako en su último viaje, su último reto, el cual no pudo cumplir, pues murió a los 15 mese de haber ingresado al hospital y con sólo 644 grullas.
Sus padres y amigos decidieron terminar de hacer las 1000 figurillas, y el día de su entierro, después de que el caso tuviese una gran repercusión social, los niños de todo Japón llegaron con más de 10 000 grullas, sin embargo la pequeña fue enterrada con las 644 que había logrado con su último aliento.
Fue levantada una estatua en su honor en el Parque de la Paz de Hiroshima, donde aún se mantiene la esperanza y donde grabado en la base del monumento se alcanza a leer Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo.”
Quise escribir esta historia, por lo que sentí al leerla y reflexionarla, ¿Qué otro ser, sino una pequeña niña, podría creer que haciendo figurillas se mejoraría su salud?
Esto a mí me dejó un mensaje muy importante, que lo último que muere es la esperanza, y la creencia en algo, La pequeña murió hace más de medio siglo, y aquí estoy yo, recordando esa historia y creyendo que algún día eso habrá; Paz en el mundo.
Les dejo esta pequeña reflexión y espero que podamos aprender algo de ella, algo que ya casi no se aprende.
Que aprendamos a creer en lo que queremos, y a vivir sólo por aquello que pensamos luchar y morir.
Todos nos quejamos de este mundo, pero son pocos los que hacen algo para hacerlo menos miserable.
Yo los invito a que intenten hacer una figurilla, hay muchos tutoriales en youtube, y nada les cuesta creer e intentarlo, no?
P.D. Hay muchas versiones sobre esta historia, algunos dicen que murió a los 8, o a las 15 meses y demás, pero no importa, el hecho es que murió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario